Camino de Santiago

Los mejores viajes en ocasiones son aquellos inesperados, aquellos que se planifican de la noche a la mañana, casi a la carrera.

Así fue como una mañana estando en el trabajo decidí que en Septiembre de 2010 iba a realizar el camino de Santiago.

Casi sin pensar y sin tiempo preparé todo a la carrera, compré unas buenas botas, una mochila y un saco, y me bajé de internet las 30 etapas que formaban el camino.

Así , una buena mañana partí desde Roncesvalles con un poco de "fu-fu" o como se suele decir... miedo porque no sabía que encontraría.

El primer día fue raro, caminar sin parar encontrándome con muchos alemanes. A pesar de la falta de costumbre conseguí terminar la etapa. A partir del 1º día y durante una semana estuve acompañado de Rosa, una chica de Bilbao muy maja. El 3º día se unió a nosotros una Barcelonesa, Monica, que en las cuestas arriba dejaba atrás hasta al mas valiente. 

 Despues de la primera semana, mis dos acompañantes me dejaron solo y volvieron a sus lugares de procedencia, con lo que empecé lo que para mi fue realmente el camino. poder ir solo me daba mucho tiempo para pensar, y para no hacerlo, para pararme cuando yo quería e ir a mi ritmo, viendo lo que yo quería y lo que no.

 Así, poco a poco fue como atravesé la rioja y entré en la provincia de burgos. En ella un buen día conocí al que seria mi compañero de viaje. Fernando. Un hombre que la primera vez que le vi pensé que era otro alemán más. Sin embargo pronto descubrí que era una persona muy interesante. Charlamos y nos contamos nuestras penas del camino, de como yo llevaba los pies echos un cuadro.

A la mañana siguiente después de conocernos partimos cada uno por nuestro lado, y sin darnos cuenta volvimos a hacer noche en el mismo albergue. 

Todos los días hacíamos lo mismo, salíamos del albergue y durante el día nos cruzábamos varias veces y por la tarde coincidíamos en el albergue otra vez.

Tuvimos etapas duras, entre ellas recuerdo la de San Juan de Ortega, en la que hicimos una buena caminata para llegar al albergue.

También fue dura la de Burgos ya que atravesamos la ciudad consiguiendo así adelantar una etapa sobre las previsiones. Aún recuerdo como Fernando me dijo al verme llegar al albergue...¿Pero Dani, tú que haces aquí? y echarnos a reir porque sin pensarlo los dos íbamos haciendo las mismas locuras.

 Viví muy buenos momentos, sobre todo al ver como lograba superarme casi a diario, a pesar del malestar y del dolor de pies y las ampollas para mi era fantástico.

 Fueron muchas las etapas duras, incluso al llegar a Sahagun tuve que abandonar el viaje por unos días ya que una gastroenteritis me había dejado fuera de combate. Pero pasados 3 días volví a retomar el camino, y como no, a pesar de creer que no le volvería a ver nunca más, me encontré con Fernando nuevamente, en uno de los sitios más bonitos del camino. En Cebreiro. Me hizo mucha ilusión ya que a pesar de pasar 10 días juntos no le había pedido su movil y me daba rabia perder a un buen amigo como él.

Por fin entramos en Galicia, y como no , nos dimos un homenaje en Melide comiendo pulpo en casa Ezequiel.
Después de atravesar Galicia por fin Santiago.
No se me olvidará nunca esa sensación.
Por una parte un gran deseo de llegar y finalizar el camino, pero por otra pena porque se acabó.

 Del camino tengo muchos recuerdo, pero me quedo sobre todo con uno, La amistad, el conocer a gente fabulosa. ahh, antes de que se me olvide, recordar también a los amigos andaluces que hicimos, de Sevilla. una gente fabulosa y con la que me lo pasé genial. Con Carmen una mujer que no paraba de reir y cantar sevillanas, y también recordar a Maite una Neurologa a la que yo le decía Veterinaria. Con ellas tengo pendiente seguir haciendo el camino y a poder ser una parte del camino del Norte.

Recuerdo como un brasileño un buen día me pregunto:

¿Y tú , que has venido a buscar al camino? 

Yo le contesté: No vengo a buscar nada, más bien a dejar.

Del camino recuerdo que fui para hacerlo, cuando regresé me di cuenta que él me había hecho a mi.